viernes, 3 de abril de 2015

Construir un pueblo fuerte para posibilitar otro mundo

Construyendo pueblo fuerte | Manifiesto

Muchas personas recordaran que en la "Transición" la sociedad creyó posible acabar con un régimen que se desmoronaba para crear nuevos modelos rupturistas. Se luchó pero se acabó perdiendo: los movimientos sociales fueron asimilados; las organizaciones, desmanteladas; y las luchas, desarticuladas.

Ahora el sistema ha enterrado la política del ‘consenso’ y del ‘pacto social’ propia del Régimen del 78 y de la llamada Cultura de la Transición. Una forma de organización que implantó el propio sistema para hacer frente a las demandas de transformación social de una clase obrera poderosa y fuertemente organizada. Negociar los cambios para que nada cambiase. Una vez que hemos sido despojados de nuestros referentes ideológicos y organizativos y que han logrado desvanecer la fe en nosotras y nosotros mismos, el régimen, amparado en la excusa de la crisis, ha dado por finalizada la estrategia de la concertación social y se ha lanzado de cabeza a la imposición del neoliberalismo por decreto con la excusa de la crisis económica.

A pesar de la orfandad y de la indefensión inculcada como clase durante las últimas décadas, los niveles de descrédito y rechazo que ha alcanzado el sistema nos han llevado a buscarnos y reencontrarnos nuevamente en las calles y plazas para enfrentar con ilusión la defensa de nuestras libertades y bienes comunes frente a una élite que trata de apropiárselos a precio de saldo.

Nosotros y nosotras, firmantes de este manifiesto, también compartimos esa ilusión de reconstruirnos como sociedad libre y soberana, reclamarnos protagonistas de nuestras propias vidas y asegurar a la élite del viejo régimen que "no nos representa". Y como otros compañeros y compañeras, nosotros y nosotras también hemos sentido que a este ciclo de movilizaciones sociales le faltaba ‘algo’ para lograr que nos constituyésemos como alternativa suficiente y capaz de imponerse a la élite, la casta, el 1% o como quiera que sea denominada la clase social que domina nuestras vidas.

Respetamos a los compañeros y compañeras que ante este mismo diagnóstico están optando por la vía de la participación institucional a través de iniciativas electorales, pero nosotras y nosotros apelamos a la memoria colectiva para subrayar que los derechos, las conquistas y las grandes transformaciones sociales nunca nos han sido regaladas desde las instituciones. Fueron peleadas y ganadas en las calles, en los centros de trabajo y en los barrios. Nuestra memoria viene de bien lejos para recordarnos que sólo un pueblo fuerte y combativo se impone a las élites que nos gobiernan. Por eso entendemos que es necesaria una gran INICIATIVA SOCIAL que nos ayude a organizarnos, reconocernos y visibilizarnos con todo el potencial que albergamos.

Ha llegado el momento de impulsar la independencia popular respecto de otras estructuras para poder de dar un paso adelante y erigirnos como pueblo para vencer. Superar la simple defensa de lo ya logrado para pasar a la ofensiva. Impulsar la autoorganización y el autogobierno para recuperar la fe en nuestra capacidad de alcanzar una sociedad libre e igualitaria. Conquistar juntas una verdadera democracia:

· DEMOCRACIA ECONÓMICA, con un modo de producción que sustituya al capitalismo por la economía de propiedad colectiva, gestionada por productores y consumidores de forma cooperativa.

· DEMOCRACIA POLÍTICA, con un régimen que sustituya al Estado por la decisión confederal en pie de igualdad de todas las personas que habitan cada territorio.

· DEMOCRACIA DE PARTICIPACIÓN DIRECTA Y EFECTIVA, con representantes que cumplan lo decidido por sus representados y sean revocables en todo momento.

· DEMOCRACIA INCLUSIVA DE TODAS Y PARA TODOS, que escuche, empatice y comprenda que el mundo son muchos mundos, que asuma e integre todas aquellas luchas que buscan un cambio hacia una sociedad más igualitaria.

· UNA DEMOCRACIA LIBERTARIA, DE LAS PERSONAS Y NO DE LOS MERCADOS.

Para ello planteamos como necesarias las iniciativas que entiendan que deben actuar en las organizaciones de trabajadores y trabajadoras, de vecinos y vecinas, en las cooperativas, en las organizaciones feministas y de estudiantes. Fomentando su mejora cualitativa y cuantitativa, su democracia interna y su efectividad. Actuando para favorecer su autonomía respecto a administraciones y partidos o candidaturas electorales y para respetar su pluralidad interna.

Iniciativas que sean capaces de elaborar análisis y discursos para poder identificar las necesidades de cada momento y aumentar nuestra preparación como activistas. Que sean capaz de elaborar estrategias sobre las que construir democracia, y que nos permitan acumular fuerzas mientras caminamos en esa dirección. Actuando desde la humildad y desde el reconocimiento a la pluralidad existente porque es el pueblo, y no los proyectos o siglas concretas por sí solas, quien puede conseguir los avances.


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