Hace seis años el Alcalde de Villafranca, el grupo municipal socialista y el PSOE denunciaron a once vecinos de Villafranca de los Barros pidiendo para ellos una pena total de 64 años de cárcel y 66.000 euros de fianza por participar en una concentración autorizada en contra de la imposición política de un proyecto de refinería de petróleo en nuestra tierra que atentaría contra la salud, el entorno y los derechos más básicos. Hace tan sólo dos días, la Audiencia Provincial dictó sentencia declarando la absolución total y completa de los imputados con todos los pronunciamientos favorables para ellos.
- Hay que recordar que esta farsa comienza con el intento de criminalizar a un movimiento social en los inicios de la mayor protesta ciudadana de la historia de Extremadura, pretendiendo crear una imagen violenta que la desacreditase ante la opinión pública. Por fin esa estrategia ha quedado desmontada en los tribunales. La plataforma está atisfecha con la sentencia, aunque lamentamos que la falsa acusación haya servido durante seis años al PSOE para atacar y desacreditar la dignidad y honestidad de personas completamente inocentes. Y esto ha sido así con la connivencia y participación directa de innumerables cargos del partido socialista – entre ellos los concejales socialistas de sucesivas legislaturas del ayuntamiento de Villafranca de los Barros- que no han tenido el más mínimo escrúpulo a la hora de utilizar su posición de privilegio para apoyar la acusación con intereses partidistas sin importares la vida de once vecinos. Sólo las personas imputadas y sus familias conocerán realmente el verdadero calvario al que han sido sometidas durante este tiempo. Lamentamos especialmente la ausencia de Toni, una de las cinco mujeres imputadas, que no ha vivido para poder celebrar esta feliz noticia.
- Desgraciadamente nadie puede reparar el daño causado, pero se podría dar por bueno si sirve para que en el futuro no se produzcan abusos de poder contra los ciudadanos críticos y pacíficos que luchan dignamente por sus derechos.
- Es hora de exigir responsabilidades. Por decencia y por una cuestión de salud democrática, un alcalde que ha perdido toda autoridad moral y que ha intentado mandar a prisión a once de sus convecinos, no tiene más remedio que dimitir.
11 de Enero del 2012
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